Esencia

Cuaderno de bitácora: día 16

Me he colocado mi traje espacial. Sin embargo, me ha sido imposible usar el casco. El cuello me duele aún mucho. Siento en la base del cráneo el crepitar de mi corazón. Mi mentón inferior está sin vida por más que lo acaricie en un ejercicio entre arrítmico y compulsivo. Apenas me he movido de mi cápsula personal. A través del circuito cerrado de comunicación de voz he recibido dos llamadas: una de MOL ,y otra del tripulante nº 3. Sólo he podido responder moviendo ligeramente mi cabeza y pulsando unas letras en el nanoteclado que llevamos prendido en nuestra muñeca.

Me he llegado a sentir casi a las puertas de la muerte. Ver la famosa luz blanca, Darle la mano al Ser y dejar de ser para pasar a ser esencia. No descarto, que en realidad, ése sea el camino que haya de seguir en esta misión. Convertirlo todo en esencia. 

Mañana trataré de dar mis primeros pasos y algún paseo por la nave. Subiré a la plataforma 3. Desde allí hay unas vistas espectacularmente espectrales del cosmos que vamos atravesando.

Verde en mi memoria. La Tierra, en el imperturbable recuerdo de algo que también fue pero que todos decidieron que dejara, igualmente, de ser.