No son grandes. No son pequeños. No son negros. No son azules. No son masculinos.

Se esconden, a veces, tras monturas para desmontar argumentos. Para ganar. Para perder.

Son ojos de mujer. Son ojos de abogada. Son ojos de madre. Son ojos de amante. Máter amantísima.

Sus ojos brillan. Sus ojos luchan. Sus ojos lloran.

Sus ojos, cerrados, recuerdan, añoran, desean… aman,

Son ojos ante una cámara. Ojos limpios. Alma cristalina sin necesidad de limpiar el espejo porque esos ojos, todo lo ven.

Soy un furtivo a su caza. Sin armas. Sin guerras, ni batallas. Ellas las sabe ganar. Todas. Yo la sé observar.

Sus ojos, ahora, los míos.

Ojos que ven; corazón que siente.

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Para el proyecto #19mujeres