La ópera resuena en voces metálicas que envuelven tus piernas… y el antifaz platino;

sarcasmo con sabor a estrella fugaz… fugaces momentos erógenos… suspiros de un sueño;

la barca neumática partió desde la última nave espacial para llegar al hiperespacio que separa tus rodillas

y el sueño es tan grande, me embarga de tal manera que no veo sino miloes de puntos hilarantes que estallan en mi retinas al ver el secreto de tu feminidad… 

Me pongo el traje espacial para no asfixiarme

y tú, desnuda de pechos, me amamantas…