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2010Goma de borrar gomas (II)
Ahora se sonríe al recordar la escena. Ella, excitada, sudando, apenas si dejaba «al maestro en potencia», demostrar sus conocimientos adquiridos en el cuartel de Hoyo de Manzanares. Había dado mil y un viaje al «Flower´s park», garito de alterne, situado a la orilla de la A-6. Su amistad con el Coronel López, le abrió, casi sin coste, las puertas del placer. Entrenamiento diario. Pase especial para el soldado y el coronel. Él era elegido como extra para el «menáge à tròi» del coronel y Lucinda…, o Paula…, o Helena…, o Silvie. Un calendario con tantos números como penetraciones.
Sin embargo, todo esos recuerdos solapaban el de hacía dos noches. Por la mañana había estado en el gimnasio, como habitualmente hacía. Sarcófago solar, masaje, cremas depilatorias y una gran felación a cargo de Susana, una «fluffer» profesional. Se entrenaba con Nano en el gimnasio antes de pasar a rodar escenas en el estudio de ‘Penetracciones Film’. Simpática, inteligente y estudiante de Psicología en la Universidad. El primer día que la conoció se fueron al mejor hotel de la capital y allí, sin más, ella lo bautizó como «el borrador del tanga». Desde entonces Nano, se había convertido en amante profesional. Así. Nada de otros adjetivos calificativos. Alto, guapo, delgado, algo callado, muy leído que mostraba una enorme educación y respeto con sus clientes. Ellas, al cabo de un tiempo, eran legión y su agenda necesitaba días de treinta horas.
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