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2013GTP13 (II)
Este pasado domingo ha sido ya el primer acercamiento a lo que será el recorrido del Gran Trail Peñalara 2013. Lo de menos fue la distancia, algo más de 20 kms pero lo importante es ya acumular desnivel y sobre todo, alargar las salidas. En este caso, nos acercamos a las 3 horas.
La salida programada era para subir desde Navacerrada a La Maliciosa pero el tiempo nos obligó -aconsejó- a salir desde Canto Cochino, subir al collado de las Dehesillas, bajar a la Hoya de San Blas, rodear hasta Manzanares y regresar al aparcamiento de Canto Cochino.
El grupo inmejorable: Oscar, Pedro, Javi ‘Alameitor’, Alvaro, Javi, Miguel Angel y un servidor. Desde las 7 am ya estaba funcionando. Emocionado.
Desde que salimos, y por lo menos hasta el kilómetro 3, no tuve narices de ajustarme bien la mochila. Gran error. No prepararla antes de salir, sobre todo, con varias capas de ropa. Otro lastre fue el intentar llevar gorro y gorra para la lluvia. Exceso de equipaje.
Arreglado y ajustado empecé a sentirme bien con la subida. Durante el trayecto iba evaluando que tal vez tenía que haber subido con otras gafas de sol (más para días nublados) porque se me hacía demasiadas oscuras las zonas más penumbrosas de la subida -luego fueron mi salvación-.
Coronar fue un placer. Todo perfecto. Iba sorprendido con mis piernas. Las últimas salidas con Miguel Angel, una, y con Javi ‘Alameitor’, otra, no funcionaron como a mí me gusta. Sin embargo, iba muy bien. Arriba ventiscazo, y felicidad. Los parajes impresionantes.’Somos unos privilegiados’ comentaron en el grupo. El sol jugueteba con una fina lluvia de nieve que nos acariciaba las caras.
Chorrillo al canto y me coloqué el chubasquero para evitar que el sudor se me enfriara demasiado con las fortísimas ráfagas de viento. Comenzamos el descenso.
A este tipo de bajadas, técnicas, les tengo mucho respeto. Me suelen doler las rodillas. Pero en esta ocasión, ¡joder! iban cojonudas. Me relajé. En el kilómetro 5, más o menos, llegó el ‘jamonazo’ -recordé el de julio’12-. Piso un piedra inclinada y resbalo cayendo hacia la derecha. Me golpeo la cara con el suelo y gracias a las gafas de sol, evito males mayores. Pierdo la lentilla y durante algunos segundos, me quedo tendido y dolorido. El susto del grupo es total. Me asisten.
Logro incorporarme y recuperado, pese a ir tuerto, me pongo de nuevo a disfrutar de la bajada. Como en realidad los miopes de alta graduciación vivimos en una guerrilla constante con nuestra visión, parezco que llevo un cristal empañado. Así que sigo disfrutando de la bajada hasta la Hoya.
Allí reponemos, nos quitamos ropa -calorcito serrano- y rodeamos hasta llegar a Manzanares, donde, al pisar asfalto, tiro y subo de ritmo a ver cómo voy. Genial. Arriba del pueblo se me une Miguel Angel y los dos llegamos adelantados al grupo, de nuevo, al aparcamiento.
Llegan los demás, contentos y felices por la rutona que hemos hecho. Regalito de aceite de oliva virgen extra (cortesía de iloveaceite), y nos metemos en el 3er tiempo en el bar del aparcamiento donde dimos cuenta de unas buenas cervezas, caldos, mojeteo aceitero y una tortilla de papas que estaba de muerte.
Varias lecciones: a la montaña hay que respetarla mucho, por eso, evitemos insensateces. El cambio de ruta, un acierto. Disfrutamos y fue segura. Otra: llevar lentillas de repuesto. Más: cada día estoy más feliz con mis Asics Trabuco… son espectaculares. Añado: me da la sensanción de que mis piernas van en frío, mejor con mallas finas -de verano- y calcetas de compresión que con las mallas gorditas y largas. Termino: casi tres horas y muy buenas sensaciones.
El domingo 20 tenemos cita en la ‘Serrucho Race’. 23 kms. Vamos a ver el cuerpo cómo va. Esta semana meteré, por fin, bici.
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