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2012Hace 7 años…
Diario IDEAL, 30 mayo 2012
Un día como hoy, 30 de mayo, San Fernando, otrora patrón de la juventud, gran conquistador de los reinos de Sevilla, Jaén y Murcia, padre de Alfonso X El Sabio, pero de 2005, con más torpeza que acierto, y tras pasar por otras aventuras interruptus literarias, decidí albergar mi blog
Vagamundos (www.fernandortega.com), en la plataforma Obolog.com, de donde no me he movido desde entonces. Significa pues que hoy llevo la módica cantidad de 7 años escribiendo en la Red sin parar casi ningún día. ¿Y qué han supuesto estos 7 años? Sin duda, los mejores 7 años de mi vida. No puedo ocultar que en este tiempo me ha pasado casi todo lo gordo que me podía pasar a mi edad. Y todo eso ha sido reflejado ,de una forma u otra, en esa herramienta digital.
Desde ahí he volcado a la red todo mi yo. Completo e incompleto. Frustrado, acertado, enfadado o feliz. Ahí ha salido mi lado abogado, mi lado escritor, mi lado crítico de cine, mi lado analista político o económico y hasta el corredor de fondo o el padre que decidí ser… Al fin y al cabo no somos sino elementos poliédricos de un devenir vital que nos hace siempre mirar con los mismos ojos pero con el cerebro y el corazón cada vez más repleto de experiencia y experiencias.
Qué destacaría sobre todo de estos siete años: la presencia femenina. Si hay algún nexo de unión entre todos esos miles de posts-anotaciones-entrada que he ido publicando, es la singular figura femenina. Y a ser posible siempre al natural, desnuda… como el alma del sin pecado concebido. Una desnudez que ha ido configurando mi imaginario universo de luces y sombras, amigos y menos amigos, amantes, deseos, proyectos y hasta el cañón de una pistola tatuando su círculo en la sien de mi cabeza. 7 años no son muchos ni demasiados. Para mí han sido simplemente intensísimos. Y ahí está el blog, Vagamundos, como un fiel testigo y contador de todo lo que ahora aquí escribo -también subo ahí mis columnas de este diario-. ¿Qué es si no el escritor sin su universo?
El blog además ha supuesto ya una parte inseparable de mi. Vagamundos incluso aparece en mi casco o en un lateral de mi Harley. Y si loe coloco el 69 delante, mi alter ego en Twitter: lo último.
7 años digitales. Años de 365 días con sus 24 horas respectivas que son mucho más que siete números. Más que los siete colores del arco iris, los días de la semana, los magníficos o los pecados capitales. Este número enigmático, primo y judaico, es el que me toca celebrar hoy mismo.
Sería incapaz de recordar todo lo que he escrito. Sí que es cierto que he compilado muchas cosas y han salido incluso libros. He ganado amigos, lectores, seguidores… y cierto es, no recuerdo, haber sumado también detractores. Los habrá pero como todo en la vida, éstos, al menos, no se hacen notar (últimamente la peña está muy gandula y apenas comenta nada y lo que comenta casi que no superan esos 140 caracteres).
Vagamundos es ya esa parte inseparable de mí que comenzó como un juego literario y hoy es la mitad del espejo en el que me miro cuando no llevo lentillas porque con las gafas, o sin ellas, mi realidad, ésa borrosa y difuminada es la que recoge para darle forma a base de letras y más letras.
Llevo días preparando esta columna. Y casi que no me sale nada. Llevo días reflexionando allá en el blog, y ahí casi que sí me salen las palabras, las imágenes, la memoria, el amor, la aventura y hasta el sexo. Mucho sexo. Nunca pensé que el sexo sería tan sano para todo. Cinco sentidos siempre en alerta. Y no pongo siete porque no sé si los habrá y si los hubiere uno sería el sexo sentido y el otro el sexo convexo.
Hace 7 años recuerdo perfectamente donde estaba cuando abrí la persiana de este blog. Y cómo y a qué olía. Pero eso se queda para una novela, un ensayo o una simple eyaculación ‘pop up’ de este junta letras.
Pocas cosas sé aún de la vida. Pero sí sé que veo mi futuro a la orilla del mar, descalzo, entre suaves cortinas de algodón blanco que acaricien mis brazos curtidos por el sol mientras tecleo o mancho papeles con letras consentidas o sin sentido. Vagamundos lleva siete años soñando. Y un día despertará para ver cumplido ese deseo. Y sé que llegará. Como todo lo demás.
PA: Apuro este espacio para dar gracias a todas las personas que a lo largo de todos estos años y días se han asomado por acción u omisión, a mi blog. El escritor es cuando es leído. Sin ellas, ahora, no sería.
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