Jul
04
2007La canícula
Ha llegado el tiempo del nacimiento helíaco de Sirio…
Compruebo como las gotas emanan desde todas las latitudes y longitudes de tu cóncavo habitat corporal.
La sed sacia mi intraquilidad de poseer una colección más de pulseras formadas por las cuentas que , una a una, como ápices acusosos paridos entre las paredes de tu piel, ensarto con el fino hilo de tu mirada.
Recorro con la intangible sensibilidad de unas yemas gastadas, agrestes y salvajes paisajes lunares agotados hasta la extenuación por el peso de las gotas.
¿Gotas agotadas?
No… salvaje estruendo de contracciones construidas sobre el arco que se dibuja por la distancia que separa tus rodillas temblorosas.
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