La ciberespeculación

La agonía (entiéndase el ánimo de tener tanto -cremastítico- que se revienta de agonioso -expresión muy andaluza-) de algunos seres humanos no tiene límites.

Después de especular con ladrillos, riñones, mujeres, religiones, iconos, droga, niños, marcas, etc., llegan los ciberespeculadores que te rapiñan el dominio ".tal" con el único fin de fabricar artificiosamente un magnífico pedo que se tiran en tu cara, porque van de listos, y te piden un pastón por devolverte ese ".tal".

Ya conozco alguno. Gentes, que no personas, que se manchan la bragueta cada vez que van al baño. Ya sabéis, ellos, tan empresarios -de la nada-, tan ciberocupados, tan ciberespeculadores, tan cibercabrones, tan ciberperros, tan ciber, ciber, ciber…

Caspa y más caspa.

Pues una caja de H&S para todos y cada uno de ellos, que por cierto, parecen que le temen a la ducha.