La novia de plástico

Altares deshechos en polvos mercúricos aguardan la recepción de la chica vestida de luna y perla.
 
Lunático paseo encerrada en la cáscara de la ostra que la vió nacer.
 
Pasos sobre baldosas hechas con olas de mar y sin embargo, ella, cree que su compromiso
llegaría a la cueva del fin del mundo…y conocer a su naúfrago.
 
Cuentan las leyendas urbanas que la novia se quedó prendida de un percha y sólo oía lo que le decían por unos auriculares.
La cueva se llenó de olvidos recordados.
Las lágrimas, perlas otra vez, como los besos, cuelgan de la pared hermanándose con los cuadros.
Retratos vacíos de un tiempo con el que ella se envolvió.