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2016La soledad del valiente
Se habla de la soledad del corredor de fondo. De la soledad del que, entre la muchedumbre, se siente huérfano de compañía. La soledad del fracaso nunca es tema de conversación ni la soledad de la enfermedad, o la soledad de las sombras en una vida llena de luces. Nadie habla nunca de la enorme soledad que se siente al tomar decisiones vitales en tu vida, en la soledad silente que en esos momentos te acompaña, te rodea, te abraza hasta casi ahogarte. Nadie ve, oye o siente esa soledad salvo el que debe actuar. Sólo el que actúa se equivoca; sólo el que se equivoca actuando, aprende, crece, madura. Y es en la soledad de tus decisiones cuando yerras o aciertas. Aunque soy de los que piensa que siempre se acierta porque todo lo que se hace de forma sentida, comprometida y decidida, aunque el efecto no sea el deseado, siempre nos enseña que, pese a esa sombra, la soledad de tu decisión, es acertada. El tendido siempre está lleno de presuntos buitres decididos que se arropan y esconden en su cotidiana cobardía para nunca jamás actuar.
Es la soledad, en una palabra, del valiente.
Foto by Ana Máñez
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