Labios gorditos

No son grandes, ni chicos. Ni delgados, ni muy gordos… sólo son gorditos.

Gorditos eran los tres cerditos o esos sorteos donde te tocán un riñon de pasta.

Gorditos son los chiquillos sanos o los dedos que superan la finura delicada de una pianista.

Gorditos son esos cachetes que tocas y se escapan ligeramente entre las palmas de tus manos o esos pechitos cuya dulzura es tan inconmensurable que, de ser más grandes, no serían gorditos.

Hay días gorditos, gorditos felices y hasta gente que se limpia sus botas en los "gorditos" de la calle. Por no decir cómo llamaba a aquellos hemanos del tío que más corría por la banda con sus medias por los tobillos… sí Gordillo. ¿Eran "gorditos"?

Pero yo me quedo con unos gorditos que son los mejores… tus labios.

¡Bésame!