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2008Loose Spot Dryodamine
Cuaderno de bitácora: día 12
Tras la extracción de mi intercomunicador compulsivo, mi cuerpo se ha terminado de descomponer por completo. He conseguido erguirme unos cuantos sesentavos de unidades de tiempo para llegar al teclado de mi pc. MOL, creo, me sigue, desconfiado. Noto su seguimiento y hasta creo que interviene en el hálito a putrefacción que sale de mi boca y que permanece prendido en la atmósfera de mi cápsula personal, haciéndola un lugar especialmente nauseabunda.
He debido, incluso, inyectarme Loose Spot Dryodamine. Con una dosis se controla mi estómago -evito vomitar- y el esfínter anal.
Acaricio la incisión craneal. Una enorme costra de sangre seca permanece agarrada a ella. En el espejo era negra. Cuando la he arracando su apariencia era una mancha de un derivado fósil que antiguamente se hallaba en la Tierra. Restos negros… como quedó aquel planeta… negro consumido por el odio y el humo.
MOL me llama otra vez.
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