Los idus de marzo

los idus de marzo by vagamundos TAGS:

Diario IDEAL 5 diciembre 2012

En el calendario romano, los idus de marzo correspondían al decimoquinto día del mes de Martius. Los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio, y octubre, además del decimotercer día el resto de los meses del año. Esto no me lo sé de memoria. Puede leerse en Wikipedia, por ejemplo. Pero en esta ocasión, además, es el título en español de la película ‘The ides of march’ que, por casualidad, he visto este pasado fin de semana. La película, en sí, no habla de algo que ya no sepamos: la ambición política. Pero en este caso, y de la mano de George Clooney, que a su vez dirige el film, y un trío inmenso Ryan Gosling, Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti, que nos adentra de lleno en las tuberías del poder que, al margen de retratar las luchas intestinas de un mismo partido, en este caso el Demócrata, pone fotograma tras fotograma, en evidencia a una casta, la política, como un ejemplo de lo que es: putridez humana.

En la película la excusa es la lucha y rivalidad que existe entre los diferentes asesores y directores de campaña de dos candidatos a ser, a su vez, candidatos a la presidencia de EEUU. Al margen del marco y la localización de la película, en Ohio -curioso estado talismán-, lo que la cinta nos recuerda es que estamos en manos de seres que no entienden ni saben de ética, no conocen la moral y lo peor de todo es que, además, son los que dirigen nuestros destinos amparados en la imperfecta democracia del siglo XXI, que no es nada diferente a las imperfectas formas de organización política que a lo largo de la historia de la humanidad han existido. Al final, el poder es el poder y es igual de pútrido, infecto, e inmoral en todos y cada uno de los siglos transcurridos desde que el hombre decidió organizarse en sociedad. Mira el caso de Egipto.

Porque el poder corrompe. Y el que lo ejerce facilita como coadyuvante necesario a que esa corrupción -no debe ser sólo o únicamente económica- perviva y permanezca con el único fin de que su ególatra existencia siga cosida a esa silla que permite ejercerlo.

En estos días que nos ha tocado vivir asistimos a esta misma corrupción inmoral de nuestra clase política, desde el ayuntamiento más diminuto, pasando por todos los escalafones y órganos de decisión política y administrativa, y por supuesto, en los antidemocráticos partidos políticos que son justo todo lo contrario de lo que dicen defender. Son máquinas al servicio del líder que teje y desteje a su antojo. De forma inmoral se genera a su alrededor intereses bastardos y ‘besaculos’ sin escrúpulos que montan un tinglado en el que, o estás con el sistema o contra él. Y no hay partido político que se salve. Son famosas las navajadas, las traiciones, las deslealtades entre los militantes-gregarios más cercanos al poder. Y lo mejor es que cada día es más difícil ocultarlo. Aquí no es necesario dejar embarazada a una becaria, como ocurre el la película, para saber lo asquerosamente repugnante que es la vida interna de un partido. Llamaditas, cafelitos, gintonics, comiditas o cenitas. El poderoso, inmoral, se deja o se hace como que se deja querer y lanza a toda esa cohorte de inútiles y serviles peones a que le limpien la mierda para que él pueda pisar en alfombra roja. Y si alguien cae por el camino, no pasa nada. Si no observa como este pasado fin de semana, la nulidad intelectual de ZP ni tocaba-rozaba-acariciaba (con gestos de asco evidente) a González. Y todo, ante las cámaras de televisión.

Pero, insisto, se mire donde se mire, el mismo aire pútrido se huele a la lejanía. Y lo peor es que cuanto menos poder político se tiene, más inmoral, por mierdoso, es la gesta del político corrupto español. Desde vídeo porno, hasta reparto de carguillos a perdedores de elecciones, hasta subvenciones millonarias, trajes o ‘urdangarinadas’. Ahí están Castellón, Sabadell, el Palau, Ciudad Real, Seseña, el