Los teclados

La mañana se levanta saltarina y juguetona.

Hace sol y los teclados del sintetizador suenan como las olas del mar de los sargazos.

Usamos la conchas del futuro para no tocarnos… el amor ya sólo se hace por carta… electrónica.

La lluvia «bladerunnera», por unos segundos desaparece de mi visión. Me quito las gafas tridimensionales. veo en plano simple… en «stop motion».

Dalí entra por la puerta; me da los buenos días… como el Gobierno de España… tautológicamente obvio.

Ella, me escribe otra vez para decirme que hagamos, repetidamente, ese juego en el que ambos decimos, «digitalízame pero no me mires». 

Por cierto, hoy la vecina se ha asomado a la ventana a regar las macetas de «opio para un pueblo» y he visto su canalplus

¿quién la descodificará?