Madurez

 ¿Y debería llegar?

¿Deberíamos dejar de saber que los Reyes ya no nos dejan regalos en los zapatos, que los tejados de las casa de Jauja son de chocolate o que los niños vienen de Paris?

¿Deberíamos saber que dos y más dos en el banco, son siempre cero o que el amor, sin sexo, es sólo amor materno?

¿Deberíamos saber que la corbata define su portador o que las pulseras de Tous te hacen subir escaleras?

¿Deberíamos saber que Dios tardó más de siete días en crear el mundo y que Eva vio a Adán, sólo le invitó a comerse una manzana?

Creo que tendríamos la obligación de saber que Melchor, Gaspar y Baltasar vienen todas las noches a darnos un beso en la mejilla, que en Jauja sólo se construye con turrón y que las cigüeñas anidan en los cabeceros de la camas.

Creo que tendríamos la obligación de saber que en esta vida, sólo debemos añadir y que amar sexualmente desesperados es nuestra condena.

Creo que tendríamos la obligación de saber que los trapos en la garganta sólo ahorcan y que los metales en los brazos deben esposarnos en uno para siempre.

Creo que tendríamos la obligación de saber que Dios nunca acabó de trabajar y que gracias a Eva, Adán, soy yo cada día.

Madurez…con eso, y unos días más, se pudrió la manzana.