Cierto es que las celebrities a las que estamos acostumbrados a ver, nos envían imágenes que están perfectamente marquetinizadas, proyectando una forma de ver la vida, muy determinada. Luego vienen los problemas, complejos, anorexias, bulimias, suicidos, etc. porque muchos de nosotros queremos ser ellos.

La belleza está sufriendo un cambio excesivamente digital. Y ahora lo que vemos ya no es lo que es. Entre el bótox, las operaciones, el fotochop y demás técnicas digitales, nos muestran cuerpos perfectos, senos duros, abdominales de ensueño, años que no pasan,  vaginas rejuvenecidas,  estrías que se borran, celulitis que se multiplican por cero, mentones hipotenúsicos, varices invisibles, hombros hercúleos… y así, hasta un millón de detalles por celebrity (él-ella… indistinto).

Pero todo tiene un límite… y hasta un mal día. La Ciccione -alias Madonna- se descuidó en estas instantáneas. Será que como le está dando boleto a  su Ritchie, quiere asustarlo para que se vaya ya de la cama. Ella juega hace mucho tiempo con consoladores con forma de bate de béisbol.

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