Mezcla explosiva

Cuaderno de bitácora: día 22

Esta mañana -irrevernte eufemismo- hemos sido convocados por MOL en la sala de control de nuestra nave. El Tripulante nº2, unTeniente de navío espacial con distinción púrpura, ha sido hallado sin vida en su cápsula personal. MOL, en un mensaje casi telegráfico, nos ha indicado que se ha debido a un error "humano". Había detectado un exceso de bioLSDterol, en forma de tabletas de 500 tripimétricos.

Al parecer, varias unidades de tiempo antes del descubrimineto, había ingerido una docena. Su cerebro generó una actividad emocional de forma arrítmica que le provocó un derrame cerebral irreversible. Muerte inmedita. El intercomunicador compulsivo no fue lo suficientemente rápido para avisar de esta circunstancia a MOL. Otro error. La muerte no se puede controlar. Y una arritmia emocional, menos. El Tripulante nº 5 ha decidido, como especialista en medicina humana aplicada, destinar sus restos a ser conservados criogénicamente ante posibles nuevas circunstancias en la misión de regreso a Verde.  

He sido asignado para acompañarlo a la sala médica. En silencio he asistido a su disección.

No recordaba como era el cuerpo de una mujer desnuda. Tenía los pechos grandes, suaves y sus aureolas culminaban en unas bolitas que recordaban al lisérgico chocolate terráqueo. Su abdomen estaba semi hundido. Los huesos de sus caderas, excepcionalmente marcadaos, desfiguraban su esbelto cuerpo. Manos lánguidas, brazos inacabables. Hombros perfilados casi con la perfección de una talla en poliuretario. La esencia de un ser femenino yacía sin vida sobre la mesa de disecciones. Antes de comenzar la intervención, el Tripulante nº 5 decidió investigar sus genitales. En ese momento, descubrí el motivo de su fallecimiento. 

Una mezcla explosiva de melancolía, recuerdos, carencias,onanismo y un pequeño consolador que tenía, aún colocado, en su vagina.  Al extraerlo, un enorme mar llenó de olas la fría mesa metálica en la que descansaba, tal vez, para siempre en paz.