MIs botas

Ayer elegí subirme a un par de botas casi de siete leguas;

leguas que me llevarán a la ciudad bañada por los dos ríos que

nacen de las cuencas de tu ojos…

Dos botas, dos ríos, dos ojos… quiero dos vidas:

una, para vivir contigo y otra, para revivir lo que no viví en la primera vida.

Dos vidas multiplicadas por dos palabras igual a cuatro letras.

Ayer me acordé que con mis botas las leguas que nos separan, no existen.

Mis botas, tan lejos, tan cerca, siempre me llevan a ti.

Y sin embargo, cuando miré al suelo, ellas no se habían movido.