Nado y re-nado…

* A Quique
 
Me tiembla el alma. burbujas ovaloides llenas las sábanas que rompen sus crestas contra mi cabecero…

Nado y re-nado…

Ordenado braceo para no ahogarme ¿por qué? no sé nadar entre tus piernas…

tus mares se vuelven inhóspitos contra mi boca atragantándome, una y otra vez…

vuelven las olas vulbeando con sabor a sábanas de seda… 

Saco mis manos; los surcos de la "m" trazan la travesía en la carta esférica depositada en Venus;

la habitación se llena por segundos; inundado cuento las horas para dejara ser cuerpo;

me troco en la parte acuática que tu ser derrama al contacto de mi lengua eléctrica.