Allá por 1962, el fotógrafo  Bert Stern hizo una serie de inigualables e inolvidables fotografías de Norma Jean Baker -Marilyn Monroe- que se denominaron <<The Last Sitting>> y que por supuesto, han pasado la Historia de la fotografía mundial. Estas fotos fueron tomadas en el Hotel Bel-Air.

Seis semanas después, ella fue hallada sin vida.

Bien, ahora, el mismo fotógrafo ha hecho un, a mi juicio, dislate iconográfico, al realizar una sesión similar para la revista New York, The magazine (que por cierto me dejaron el habitación del Hotel Salisbury y vi en vivo y en directo) con la no menos-menos-menos sexy Lindsay Lohan. No quisiera quitar mérito  a la producción, pero es que no es lo mismo conducir que conducir.

Ambas mujeres son absolutamente incomparables: la una, todo un mito que la Historia ya ha reconocido; y la otra, una ganadora de Razzies (los antioscar) aña tras año, que lucha contra el alcohol, anfetas, sexo y demás adicciones jolivudienses cada día y que no creo que pase a los anales de la Historia, salvo por estas -malas- copias de las realizadas en 1962. 

Esto casi me ha recordado algún que otro clon desarreglado como el que tuvimos en España con Anita la fantástica -Obregón- pretendiendo asimilarse a ella. Un desastre ridículo.

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