Los sones de la nueva cancioncilla de Fito y los Fitipaldis es pegadiza, veraniega. Y eso que estamos en los estertores de la estación más candorosa y desvengonzada del año.

Pronto llegará el tacaño, luego el uraño hasta que despunte la alterada y vuelta a empezar.

Y ese color ¿cuál será?

Se  me antoja mirar una muñeca es un escaparate y ver si los ojos son así o no. Aunque bien pensando conozco a más de una chica que tiene los ojos, no de ese color, sino que si los miras las búrbujas de tu estómago te hacen destaponarte del ja-ma-cu-co que te pega.

A  veces es fácil hacer metáforas tan comprensibles que, con un simple recurso como es abrir el frigorífico, te das cuenta que tu chica tiene los ojos del color de ese refresco que con ron pálido (salobreñero) tanto te pone.

Y si por la boca vive el pez… ¿por dónde peca el que lanza el anzuelo?