Pasos en la calle

Sigues sin saber dónde ir; manejas la brújula con el imán de tu pulso

que se para, ahora sí y después, también.

Derrites las esperas calentando el reloj con pasos firmes en el acerado;

pero vuelves a detenerte… uno, dos, tres… cuentas hacia adelante

y sin embargo, vas en sentido contario, hacia atrás,

desembarrancando el barco del pirata blanco…

Pero el descuento sigue.

Ahora decides inyectarte más tiempo en tus venas repletas de agua

solidificada en arenisca traída a lomos de este caballo. 

Pasos… algunos más… exhaustos.