¿Por qué estás triste?

El viento sopla cálido…

Si miras al horizonte no ves sólo la raya que lo parte sino el final cansado de tu mirada reflejándose en una línea recostada.

¡Háblame niña! y cuéntame a qué saben tus recuerdos recién planchados o qué oyes cuando te entierras entre las sábanas de tu cama de plomo.

Sigues triste, pese a tenerlo casi todo. Todo lo que te pudieron vender, regalar, ofrecer…

Sin embargo no tienes casi nada.

Eres tan pobre que la uralita de tu tejado se derritió hace tantos años que no recuerdas ni que el tejado existiera; las estrellas de tu cielo se pegaron al suelo iluminando falsos pasos.

Y sigues triste… porque todo lo que tienes, casi nada, equivale al suspiro de un grillo.