Andan los peperos muy revueltos. El zapatazo del 9M en el trasero de Mariano «el eterno» por parte del electorado, prefiriendo como compañero de cama a Bambi que a él, ha puesto patas arriba a los albatros, gaviotas, gorriones y hasta a los cuervos pepeístas. Y algunos votantes y simpatizantes andan escandalizados por tal espectáculo, olvidando con una muestra de flaqueza de memoria lo ya ocurrido en la UCD, post parto franquista de la CEDA.

Pues digo yo que de nada hay que asustarse. Es lo que tiene la política. ¿Alguien se acuerda de Borell? ¿Las primarias en el pso-(póngase aquí todas las letras de las 17 cc.aa.)? ¿Recuerdan la debacle socialista francesa tras el tifón Sarkozy? ¿?Alguien ignora las puñaladas traperas entre el cimbrel de ébano de Obana y el clítoris níveo de Hillary?

Los partidos políticos son las estructuras legales conformadas para que el ser humano ejerza su poder civil sobre el resto de la sociedad (democrática). Pero ellos, los mandamases de estos partidos son egocéntricos, les gusta el chupeteo, que les doren la píldora, dar palmaditas en la cara, la obediencia debida,cortar yugulares con navajas de siete muelles y si, aquí muy bien, por detrás, me cago en tu puta madre… o sino recuerden a Celita Villalobos llamando  de todo a Espe porque quería cepillarse a Arriola, asesor personal de Mariano «el eterno» (el eterno aspirante a la nada, claro).

Nos nos extrañemos. Dejemos que estos PPtardistas (de petardista, o sea, que estafa, engaña o pide algo de prestado con ánimo de no devolverlo) se saquen la piel a tiras. Les pagamos sus sueldos, sus coches oficiales, sus tintes, sus amantes, sus vibradores, sus tacones y hasta sus tetas de silicona. Cobran mucho para lo poco que trabajan. Por eso, me parece de una excelente salud mental y democrática, ver lo que está pasando.

Ahora, a mí, ya no me pillan en otra. Lo siento.