Prescripción 2.0

Diario IDEAL , 13 enero 2010

Mañana martes, ayer para ti, asistiré -asistí- a un nuevo ‘pase especial para bloggers’ organizado por Warner Bros. con motivo de la llegada a España de la última peli del ex de Madonna, Guy Ritchie, que revisa al detective Sherlock Holmes, un clásico de la Literatura creado en el siglo XIX por Sir Arthur Conan Doyle. Mucho han cambiado las cosas desde que Sir Arthur garabateara las primeras letras de este investigador. Ignoro cómo será esta versión post-reina del pop. Mañana -por ayer- lo sabré. No me dará tiempo a contarlo en IDEAL -hoy- pero sí lo haré en Vagamundos (www.fernandortega.com), mi blog que, en realidad, como el resto de bloggers activos de la web 2.0, son armas de prescripción masiva. En alguna ocasión ya me he referido a esta nueva forma de entender la comunicación. Las empresas, las pequeñas, medianas y grandes, tiran de nuevos opinadores. Los clásicos, sabemos de qué pie cojean. Una pena, pero es así. Sin embargo, la web 2.0 lejos de tendencias editoriales y/o empresariales -salvando a González Sinde y su cohorte ‘gubernamita’ de censores estalinistas- se llena cada día de aire fresco al dejar, libre, la palabra a estos nuevos jugadores a la hora de generar opinión entorno a un producto o un servicio. El cine, como el resto de las artes no ha quedado libre de esta dulce contaminación.

Es arriesgado meter a cuarenta blogueros, hijos cada uno de su padre y su madre, sin dueño y señor, a saco, a ver una proyección y luego esperar sus opiniones. Arriesgado, insisto, pero muy valiente. Es lo que tiene la Red. Internet es ese campo de batalla donde te juegas mucho si envileces algo. Re-cito las tendencias soviéticas de la Cultura española.

En mi caso, como otros muchos casos que conozco, disfrutamos del cine, de la música la literatura, la fotografía, etc, y lo decimos. Y opinamos sobre ello. Si nos gusta o no. Recomendamos o criticamos, de forma sincera, le guste o no al organizador del bolo, el editor, la discográfica o el hotel de turno. Me pasó con Opel Insignia. Excelente iniciativa pero una desastrosa ciudad, Madrid, lo estropeó casi todo. Y así quedó escrito.

El hecho innegable es que la voz independiente de los consumidores, que es lo que somos, ha ganado cajón. Estamos luchando – en tiempo dedicado a medios- por el primer puesto con la tele (el 38% lo dedicamos a Internet, el 37% a la tele, el 19% a la radio, y el resto prensa escrita, según según el estudio ‘Nothing But Net’ de J.P. Morgan). Hemos desbancado ya al papel y a la radio. Es un cambio que se ha producido de forma vertiginosa. Y no hay marcha atrás, le cuadre o no a nuestros políticos mentecatos que por cierto, de esto no tienen n.p.i., o sea, eso (sálvese desde aquí a mi ciberamigo José Luis Cano, activista ‘facebookero’).

Todos deben tomar nota de esta realidad. Además, querido anunciante: en Internet te ven más y te cuesta menos. Este aspecto, en época de vacas flaquísimas, es lo mejor. Despide ya a tu director de marketing y ficha a un bloguero. Te reirás más, desde luego.