Dice la Real Academia de la Lengua que un beso es la acción y efecto de besar. Por su parte, Wikipedia define el beso como el acto de tocar algo con los labios, generalmente a otra persona. O sea, que ya sabemos que para que exista un beso debe haber dos personas, unos labios y acción. Mucha acción.

Claro que si utilizáramos el “se” y oyéramos ‘besarse’, sabríamos que la persona activa es a su vez, objeto pasivo de su propio beso. Que hay besos activos y besos pasivo o autobesos. Pero todo este relío de acción, efecto y causa, nos sirve de entrada para llenar esta sala de besos porque hoy celebramos la IV edición del certamen de poesía internacional ‘El verso digital’ que organiza Publicatuslibros.com con el patrocinio de la Consejería de la Junta de Andalucía.

Cuatro años de continua búsqueda de los nuevos valores de la poesía, arte por cierto, cada vez más abandonado. Un simple vistazo las librerías para comprobar que libreros y editores han dejado de enamorarse de los besos que nacen en los versos poéticos. Es la realidad de la economía de marcado que no entiende de besos y sí de bancos. No de bancos donde ir a besarse, sino de bancos donde si llevas dinero, te besan en el trasero y si no llevas nada, tu trasero será objeto de una delicada patada, mientras te despides con un beso del director de turno.

Pero como en Publicatuslibros.com no nos debemos a nadie, ni a bancos, ni a capitales, ni a países o banderas, usamos los besos de nuestros creadores para seguir conservando viva esa sana costumbre que estimula el cerebro, crea bienestar y si se hace apasionadamente, provoca la liberación de adrenalina en la sangre, aumentando el ritmo cardíaco, la tensión arterial y el nivel de glucosa en la sangre.

Beso por aquí, besos por allá. Nuestros besos de bienvenida, esta tarde, bien podrían ilustrar toda una vida, o mejor, una dulce y serena película de nuestra vida…