Jun
20
2006Transparencias
Jamás imaginé lo que me iba a dibujar el final de tu espalda,
lo que vería tras aquel vestigio de antepasados noctámbulos
preñados de sabor a caña recién cortada.
Los finos linos que te cubren enseñan a soñar, a navegar
por mundos inexplorados llegando a las cuevas del placer eternamente
exhausto.
Llueve sobre mojado.
El agua recorre el monte hasta llegar al valle cóncavo.
Explosión de miles de gotas de algo con sabor agridulce:
sal de mi lengua, dulce de tus labios.
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