Una triste noticia

Cada vez que un medio de comunicación abre sus puertas, es un motivo de alegría para los que creemos en la libertad, concretada en la libertad de expresión. Y cuando uno cierra, es motivo de tristeza, pena y preocupación. Una ventana queda tapiada; se acallan voces; se amputa a la sociedad una de sus extremedidades sobre las que sustentarse.

Y es que hoy, tras 7 años, cierra La Clave, la revista política que fundó José Luis Balbín.

¡Y pensar que con un seis o un siete por ciento más de venta nos hubiera bastado para subsistir de manera probablemente permanente…!, se lamenta Balbín en el número 379, que lleva como titular de portada Después de 7 años de periodismo independiente, hasta pronto.

Los números y el dinero, siempre enemigos de la libertad de expresión, son, al final, jueces inapelables. Una pena. Yo tengo a José Luis Balbín en la memoria desde que era pequeñito. Veía con mi padre La Clave, en la Segunda Cadena, cuando todos añorábamos que la recién nacida democracia verdaderamente diera los frutos que todos queríamos.

Hoy se muere un poquito de cada uno de nosotros con el cierre de La Clave.

Hic sita est.

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