Y en verdad os digo…

– Y en verdad os digo que la furia de Él caerá sobre todos aquellos que andan nadando y guardando la ropa, que tiran piedras y esconden la mano, avisan pero no vienen, se cobijan debajo de sombras de árboles que dan mala sombra pero les protege bien, que se arriman a las ascuas de una lumbre que luego apagan con esputos escupitajos, que lloran para mamar pero dejan las tetas secas como la paja que arde en el pajar de los que sólo guardan copias de planos, que…

¡Clam, clam, clam, clam, clam, clam!

Así, hasta cuatro tambores con balas de plata. Acabó su hamburguesa. Y penetró suavemente a su compañera que se había corrido con los disparos; una vez.

 

Pequeño guiño literario a esta magnífica escena.