Ya está aquí

¡Levántate y anda!

Ha llegado; está aquí.

Despójate de tu sudario y comienza a recorrer el camino que sólo, recorriéndolo, se hace camino.

¡Déjame tu mano!

Las luces de aquellas velas han dejado transparente el horizonte; sólo quedamos tú y yo.

No dejes de respirar.

Te donaré mi aire, me quedaré a vivir en tus pulmones.

Soplo, soplo. Quiero darte vida.

¡Vamos! caminemos juntos sobre las huellas que aún están por dejar en la playa.